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martes, 6 de enero de 2009

Un penique por sus pensamientos.



Apoyado sobre la barandilla del puente. Después de observar un rato a estas dos gaviotas, me picó la curiosidad y les ofrecí un penique por sus pensamientos.

Una de ellas giró su cabeza hacia mí, me miró de arriba a abajo y me dijo:

    - Déjalo chaval, no lo entenderías-.

Cuando ya me iba con las orejas gachas y rumiando el fracaso de mi curiosidad la misma gaviota se dirigió a mí:

    - Sh Sh!!! No le vuelvas a poner tan bajo precio al pensamiento de una gaviota.

Y no me preguntéis cómo, pero su pico flexó formando una sonrisa retorcida en su rostro que no olvidaré jamás mientras volvía su mirada hacia el atardecer por el que 4 rayos de sol calentaban su plumaje...

2 comentarios:

Mencía dijo...

Cuantas veces nos quedamos con nuestros pensamientos por la certeza de que casi nadie los entendería ... por eso, cuando ocurre la magia de dar con una persona que no solo los entiende sino que te sabe los ofrecemos sabiendo que no habría dinero que pague eso

Besos besos besos.

Hache dijo...

No pagues por los pensamientos. No hace falta ...

;)