Aquella tarde el viento echaba la siesta a la sombra de los trigales.
Una ola de girasoles se nos acercaba lustrada por el reflejo de la luz de tu rostro y nuestra casita hacía equilibrios en la frontera de los mundos que separa el horizonte.
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miércoles, 21 de julio de 2010
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2 comentarios:
Curiosas fronteras Niño, yo me he apuntado a un cursillo acelerado de funambulistas por si eso ayuda ... tengo ganas de disfrutar la luz mientras hago equilibrios! Me ha recordado a los paisajes de la Toscana, si no la conoces ... te la recomienda, secuestra a tus chicas y piérdete con ellas por allí ... es un sitio especial! Muacc
huele a girasol
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