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sábado, 5 de septiembre de 2009

Reflejos de vida.





Mi barrio está en el centro del pueblo.

Un cruce de caminos que roza mi casa en varias direcciones.

Si algún día tengo que salir corriendo, seguro que en la puerta perderé unos segundos rascándome la nuca y pensando -pa' dónde tiro??.

Eso sí... Cuando hay alguna fiesta, nadie lo duda, todos los músicos deben pasar tocando por al lado de mi casa.

Y yo me asomo al balcón.














Son las fiestas de mi pueblo y los balcones de mi casa se llenan de gente.

Cuelgan banderines de colores de las casas, el cielo se nos pone de gala y músicos canallas de todo el norte toman las calles.
















Los mozos saltan al encierro y le tocan el morro a los toros, sienten su aliento bufar a sus espaldas y vuelan a ras de suelo como el correcaminos, por las mismas calles en las que luego ríen, cantan y dispersan su adrenalina.













Nunca tengo claro si, este pueblo en el que vivo, se distorsiona en las fiestas o si es el resto del año cuando modula su forma.







En cualquier caso, yo siempre lo observo con detenimiento y busco entre las líneas torcidas de lo cotidiano, esos pequeños fragmentos de intensidad en los que la gente se refleja y que en días como hoy, tiene la saturación y el contraste especialmente altos.

A veces busco la manera de colarme entre esos reflejos y de vez en cuando encuentro el camino, el clik adecuado que me permite crear y formar parte de la pincelada de luz.












Este año no se me ocurrió manera mejor de hacerlo que colándome, con mi cámara, entre los reflejos con los que un músico supo ser a la vez, sin darse cuenta, parte de la fiesta y reflejo de ella ...y pasar bajo el balcón de mi casa con su resplandeciente trombón para que yo lo pescara.















En estas fechas me gusta buscar entre la gente rostros felices, risas, baile, nervios... todo el mundo está "como en su casa" y nadie canta solo.



Son fechas de reencuentros, de gente que se abraza una vez al año y, a veces incluso, repite las conversaciones del año anterior con la ilusión intacta.