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miércoles, 30 de abril de 2008

Sin palabras.



Me gustan los silencios, 
Me gusta no necesitar hablar...y entonces hablo,
Me gusta mirar... lo hago con descaro... a la cara y si me da la risa me pongo colorado ... pero miro.
Me gusta la cara de mi gato cuando le acaricio tras las orejas y ronronea,
Me gustan las hadas...pero solo las mías, las demás me parecen ñoñas, dulzonas y empalagosas, esas a mí no me gustan.

Me gusta acurrucarme bajo tu mantita de palabras.


viernes, 25 de abril de 2008

Experimento sonoro

Esto es un experimento. 

Si estas familiarizado con el rock duro y te gusta, no formas parte de él.

El experimento está basado en mi mismo. Estas canciones forman parte de la banda sonora de mi infancia, y aún hoy me ponen los pelos de punta, pero desde los 12 años mi discografía creció un poquito y aprendí a disfrutar de Gardel o Rachmaninov, de canciones como "el sitio de mi recreo", "Mediterráneo" o "Purple Rain".

En qué consiste el experimento: Si tienes curiosidad en probar tu "elasticidad" sonora, ponte los cascos y escucha estas tres canciones con la intención de que te gusten y después cuéntame qué te parecieron. 

Si vas a participar solo debes escribir el nombre de tu grupo favorito y luego opinar. Gracias en cualquier caso.







jueves, 24 de abril de 2008

Estrella errante

Esta es una de mis películas favoritas.

El personaje de Lee Marvin me impactó, se ganó mi simpatía. De pequeño quería ser como él, un tipo duro y borde pero a la vez gracioso y noble.

Y esta canción... ...la habré tocado un millón de veces con mi armónica.

Pd: Por esa gente que nos hace llorar... de la que habla la canción. (Si os queda alguna duda, ved la película)



domingo, 20 de abril de 2008

¿Tu me crees?

La gente me sobrevalora.

Cuando estoy en silencio me preguntan:

¿Qué piensas? En ese momento me doy cuenta de que no pienso en nada...

...Solo siento. Siento algo que bloquea lo demás. Lo anuda en mi garganta.

Hoy encontré esta respuesta.

Hasta ahora nadie me creía.

¿Tu me crees?

El día de la música

Antes de comenzar a escribir este texto, le di varias vueltas a mi discoteca buscando una canción, pero acabo de darme cuenta de que estaba en un error...

...si lo hago bien, la música saldrá de vuestras cabezas:



21 de junio, comienza el verano y lo hace con luz. Uno de esos días en los que, hasta los girasoles, llevan gafas de sol y la tierra parece girar más despacio.

Es sábado. Los sábados por la mañana hay bastante actividad alrededor de la plaza de este pueblo, hay vidilla.

Pasado el mediodía comienzan a recogerse los puestos del mercado, los gitanillos están de buen humor, terminó su jornada y no se les dió mal el día.
Las calles comienzan a dejar gente bajo los soportales y los niños juegan alrededor del templete de los músicos... Este rato es el punto de inflexión entre la mañana y la tarde, ese momento de antes de comer en que la gente está saboreando el ecuador del fin de semana, de su ocio, su familia, sus amigos, de su tiempo...

Bajo uno de los soportales, el rincón con más acústica de toda la plaza, el muchacho del puesto de ropa interior que hace un rato gritaba -¡¡¡Señoras que por 3 euros no se puede ir sin bragas!!! ¡¡Y ojito que están a estrenar!!!- comienza a tocar su cajón flamenco:

PUMmmmm...
TACA PUMMMM...

Ta

PUMmmmm...
TACA PUMMMM...

Ta

... ...

En la otra punta de la plaza, cerca del puesto del anticuario, hay un chiquillo regordete y moreno, de esos que tienen cara de pillo con hoyuelos en los mofletes y mirada viva. Todos le conocen como "Ticha". Al oír el cajón, agudiza sus orejas, saca brillo a su sonrisa y coge la trikititxa llenando sus fuelles de aire y de música.
 -Este chaval lleva la música en el ombligo- dice su tío Manuel, que está en el café "La Isla" tomando un "mezclao" con la cuadrilla. 

No le cabe el orgullo en el pecho.

Dos músicos que no se conocen, que ni siquiera se ven, cruzan en diagonal la plaza con su sonido, y la gente comienza a asomarse a las galerías y balcones.

Algo parecido a un tango manchao de flamenco invade el ritmo, el latir, el respirar de las gentes, y no tarda en abrirse la puerta de uno de los balcones, el de la maestra Isabel (Chavela).

Una chica serena y guapa, de esas que tienen la mirada limpia, casi transparente y que trata a los niños con cariño. Lo mismo se preocupa por sus quebrados que de su merienda y que dedica parte de las tardes a dar clases de piano en la casa de cultura. 
En el pueblo le tienen cariño a pesar de que "viste raro esta chiquilla", como dicen los viejos, porque lleva rastas, ropa holgada de muchos colores y a veces va descalza.

Un chirrido hace girar la cabeza de la gente hacia su balcón. Está arrastrando su piano fuera y con un acorde firme y mantenido con la izquierda sobre los graves, le guiña un ojo al chico de la trikititxa, uniéndose a la sección rítmica mirando hacia el cajón, que no para de morderse la lengua y sudar, concentrado. Al fin y al cabo él está marcando el ritmo de esta pequeña orquesta.
Chavela va metiendo de vez en cuando la diestra en los agudos, colando una melodía y cruzándose con gracia entre las notas de la trikititxa que le cede gustosa su espacio.

La banda de música suele terminar su ensayo a las 13:30h y se van todos a la plaza a tomar unos vinos, pero hoy, al llegar y encontrarse con semejante panorama todos se quedan mirando al maestro Leyva, un gallego con corazón de Nueva Orleans, que allí donde va es extranjero, pero querido por todos.

Le miran y él sonríe, escucha, asimila el ritmo, los acordes, los hace suyos, coge su trompeta y se marca un solo.

Primero entra prudente, siempre hay que entrar de la mano de la sección rítmica, sin invadir, haciéndose un hueco entre el resto de sonidos y poco a poco el resto te invitan a "bailar solo" en medio, arropado por ellos.

Ése es el momento de Leyva, sabe entrar y salir como nadie, infla los papos y le hace un guiño a su nieta, colando una frase de Over the Rainbow, de la BSO del "Mago de Oz", pero enseguida empuja el sonido y al resto de los músicos hacia el jazz, improvisación con una base de acordes que da pie a colar varias frases de canciones míticas, Chavela cuela el "life my fire" (The doors), Ticha toca "la estrella errante" de la BSO "La leyenda de la ciudad sin nombre".

En cada corte los músicos se miran y se pasan el testigo, el chico del cajón hace un pequeño solo que da entrada el siguiente. Cuando termina la Triquititxa, el vendedor de bragas, se acerca al centro de la plaza mientras hay una niña pequeña la cruza de la mano de su abuelo al mismo tiempo. Cuando ambos están a la misma altura el chico del cajón se sube sobre su instrumento levanta los brazos y salta...
...
...
...
cuando cae al suelo todos los instrumentos callan al mismo tiempo.

El momento de mayor complicidad entre un grupo de músicos sucede siempre en un silencio. En ese instante se miran, respiran, sonríen, paladean todas las sensaciones. Oyen y sienten al público palpitar, y esos latidos les siguen marcando el ritmo de la canción de manera que vuelven a empezar todos al mismo tiempo...

...pero en este caso el chico del cajón saca un megáfono de dentro del mismo y se lo da a la niña que le mira con curiosidad y sonríe mientras el abuelo se rasca la nuca desplazando su boina ligeramente hacia adelante,
...
...
El percusionista se vuelve a sentar en el cajón y golpea:

pum pum


pum pum


pum pum


toda la plaza le siguen con las palmas, la niña se lleva el megáfono a la boca y con su legua de trapo grita:

güii
guol

güii
guol

ROCK LLU


ROCK LLU


güii
guol

güii
guol

ROCK LLU

ROCK LLU

En ese momento los miembros de la polícia local que no sabían si dispersar aquel "desorden" o formar parte de él, se pusieron las gorras del revés y comenzaron a saltar y cantar mientras los carteristas del mercado, que se conocen perfectamente, les cogían los silbatos y chiflaban moviendo el culo y riendo.

De repente, a todos nos llama la atención un chico alto y rizoso que cruza la plaza corriendo, se tropieza con el puesto de la fruta e intentando ayudar al frutero le provoca más caos, así que el frutero lo aparta con "cariño" -¡¡Quita anda, quita!!!-. El chico alto y rizoso, que se llama Jaime, pero al que todos le llaman "Jimi", sigue corriendo, y pidiéndo perdón al mismo tiempo.
Entra en su portal y todos le perdemos de vista.

Mientras ocurre todo esto, los músicos están terminando "Güi Güil Rock llu"y el cajón flamenco comienza a hacer un solo.

TACA PUMMM TÁA

TA CÁ

PUMMMM

PUUM

TATACA

PUMM

TA

TACÁ

PUUMMMM PUMMMM

TATA CA

PUMMMMMM

...Y justo, con ese PUMMMM del cajón, un ampli MARSHALL de 300 w, da un sol desde una de las galerías de la plaza. Es Jimi que saca medio cuerpo por la ventana, colgandole su telecaster sobre las cabezas de quienes están debajo. Levanta los brazos y aplaude al mismo tiempo provocando a todo el mundo con sus palmas: PLAS PLAS PLAS y mezclándolas con el ritmo del cajón.

Su primera nota, un sol, da pistas al resto de los músicos sobre por donde irán los tiros. Chavela tiene su izquierda preparada en ese acorde, Ticha carga su fuelle de aire, impaciente, espectante y Leyva simplemente agudiza sus oidos mientras se toma su vino.

Este Jimi está "colgao", ahora saca una pierna por la ventana y comienza a tocar como un "poseso" el "twist and should"? de los BEATLES, con la distorsión de su guitarra a tope a lo Hendrix.
... ... ...

Nota: Me da pena terminar esta historia, así que no lo voy a hacer.
Si eres músico...o no, si simplemente te gustaría formar parte de esta estampa, ya sea mirando desde los soportales, tocando un instrumento (da igual que no sepas, aquí puedes soñar que sabes) o siendo el jefazo de una productora de discos que quieres grabar a esta gente, cuélate en forma de comentario, esta es una estampa "coral" en la que cabe casi todo...(pero no te preocupes, no me sentiré comprometido, si no me gusta tu texto no lo colgaré).

Este texto está basado en una experiencia personal vivida en París.
Allí celebran el día de la música el 21 de Junio, y todos los músicos, virtusos o novatos, salen a la calle con sus instrumentos, llenando la ciudad de notas que flotan entre los edificios, el río, los monumentos, los jardines, los puentes...

sábado, 19 de abril de 2008

como pequeños dioses


El otro día estuve dando un paseo por mi discoteca. Buscaba canciones míticas y me senté en mi mecedora, a 5 metros del equipo de música (Quien me vendió el equipo me indicó que la distancia ideal es la misma que hay entre las cajas multiplicada por 1,5...de vez en cuando aplico su teoría) y escuché...una y otra vez 10 o 12 canciones. 
Al final me quedé con esta reflexión:

No eran virtuosos, tenían unos conocimientos musicales muy superficiales, 4 acordes u ocho, un poquito de oido, ni siquiera tenían una gran voz, pero con esos escasos ingredientes supieron escribir canciones como estas, como pequeños dioses que juegan con el sonido y con nuestros sentimientos y que se divierten provocando sensaciones tan profundas con una materia prima tan sencilla...

...Sequí pensando y sin tardar mucho completé la reflexión...¿Materia prima sencilla? Estaba simplificando la música a su definición teórica pura..."Combinación de tiempo y sonido", pero me di cuenta que me había quedado tan corto en mis pensamientos como la propia definición. 

La música se compone de la esencia de las personas que la crean y esa esencia puede hacer que con un solo acorde se nos salten las lágrimas o saltemos de alegría...por eso son...pequeños dioses.

Nota: Fijaos en el piano de esta canción y lo que Lenny es capaz de hacer con 4 acordes.

1 Giant Leap



Baaba Maal, Robbie Williams & Maxi Jazz, Michael Stipe & Asha Bhosie, Nene Cherry..etc..etc.

Imaginad: Unos tipos forman un grupo de música electrónica llamado Faithless (de los pocos de este estilo que me gustan), les va bien y se forran. 

Son amigos, tienen inquietudes musicales y culturales y deciden recorrer el mundo con su equipo de grabación y sus instrumentos, recogiendo sonidos, voces, canciones. Por el camino se encuentran con la gente que os es puesto arriba, Grabando allí donde pillan, incluso en la terraza de la casa de Michael Stipe (Cantante de REM). 

¿Por qué os cuento esto? Porque me gusta tropezarme con gente que hace mis sueños realidad, este sueño ni siquiera sabía que lo tenía, pero cuando topé con este disco hace ya 7 años me quedé con la boca abierta, y la persona que estaba a mi lado tuvo que cerrármela empujando mi barbilla hacia arriba.


miércoles, 16 de abril de 2008

caras entre la rutina (tracatrá...tracatrá)

Esta mañana me lavé la cara como un gato. Cojo un poco de agua entre las manos, resoplo cuando lo acerco a mi cara y, como el Quijote, doy me por bueno, me miro al espejo, me guiño un ojo y me seco la cara. Peinarme me lleva menos tiempo todavía (jeje).

Palpo mis bolsillos delanteros para confirmar que llevo cartera, móvil, llaves y me doy un azote en el trasero en busca de mi Ipod, lo saco y pongo esta canción:


Vivo a 10 minutos andando de la estación de tren, de manera que Radiohead me acompaña un rato hasta mi primera conversación de la mañana.

De camino a la estación me encuentro con gente, me gusta mirarles a la cara, la mayoría pasan desapercibidos, pero de vez en cuando me topo con alguien que, por un motivo u otro, me hace girarme, pararme o simplemente andar más despacio para estar más tiempo a su lado si camina en mi dirección, soy un descarado, lo reconozco, me quedo mirando las cosas sin disimular.

Saltando de cara en cara llego hasta la taquilla de la estación. El taquillero me conoce, no sabe cómo me llamo, pero me tutea y ya tenemos confianza, normalmente no hay mucha cola. El está leyendo el periódico y yo doy con mis nudillos en el cristal de su taquilla mientras me quito los cascos, me mira, sonríe y dice, -Coño chaval, a donde vamos hoy- y yo le contesto -¿Te queda algún billete con destino a Laponia?-, -No-, contesta él, mirando la pantalla de su ordenador como si eso fuera posible.
¡¡Coño, siempre llego tarde!!! Pues, en ese caso, me voy a currar...al mismo sitio de todos los días-.

El hecho de que no queden billetes para Laponia me ha bajado el punto, necesito escuchar algo más alegre:



...y me voy hasta el tren dando saltitos.

Me siento en un banco del anden siguiendo el ritmo con pies y manos, alguna persona se me queda mirando, sobre todo los niños (los mayores aprendieron a controlar su curiosidad...bueno algunos), si me doy cuenta les saco la lengua, unos se ríen y otros giran rápido la cabeza como disimulando. El tren se aproxima...ffuuuuiiiiiiiiiiiiii....y pita. 

La gente se va apilonando en el anden, yo sigo sentado en mi banco, me obligo a esperar porque prefiero que esté todo el mundo sentado en el vagón cuando yo entre, me  gusta esa perspectiva de las caras relajadas porque ya cogieron su sitio que me miran cuando entro.

Mientras ocurre todo esto "sing, sing, sing" se termina y da paso a U2 cuando subo las escaleras del tren:



Abro la puerta del vagón y me lo tomo con calma, el tren arranca y yo aún no me he sentado, observo las caras, los gestos, los semblantes, los periódicos, los libros y el panorama de hoy me sorprende. Hay varias caras que me llaman la atención y decido no sentarme de momento, apoyo mi hombre derecho en pared y cruzo las piernas...observo:

Fila 3 izq ventanilla: Una chica morena de pelo corto lee una biografía sobre Frida Kahlo, pero su mente es inquieta, de vez en cuando toma notas en un cuaderno, está en varios sitios a la vez, como organizando el mundo, me dan ganas de decirle...csh csh... descansa, hoy la tierra cogió "viada" y girará unos horas solita, por su propia inercia, tómate el día libre. 

Fila 3 derecha pasillo: Un muchacho de gafas, con bastantes ojeras duerme sonriendo...ese tiene pinta de haber sido padre hace poco. Lleva sobre su cara ese cansancio que provoca el desvelo un recién nacido, de los pocos desvelos que hacen sonreir así.

fila 5 izg ventanilla: Una chica dibuja en el vaho del cristal a unos niños haciendo malabares (me gusta mucho esta palabra) iluminados por una luz que pende de un hilo.

fila 4 iaq pasillo: Una chica con el pelo morado lee el último libre de Amelie Nothomb, está tan concentrada que hasta se ríe a veces sin darse cuenta de donde está (admiro esa capacidad de concentración...yo aún leo moviendo los labios).

fila 4 derecha pasillo; Un chaval arrubiao con gorro de lana toca esta canción con un raro instrumento que no había visto nunca:


Cuando mi mirada llega a la otra punta del vagón algo me sorprende...¿Y eso?!!:

Al final, fuera del vagón una chica rubia nos observa a todos, y con su objetivo congela este momento y me congela a mí, que me creía muy listo observando el panorama desde mi rincón como un pequeño dios que dirige a sus criaturas desde su limbo, sin darme cuenta de que yo también estaba siendo observado...

Entre tanto llega la taquillera, una chica con acento chileno que nos dice, -muchachos, hoy están invitados, cambié mi máquina de tikar los billetes por un cd de Pastora, a un tipo que vendía en el andén-

lunes, 14 de abril de 2008

niños, palabras y guantazos



La niña que aparece conmigo en esta foto, tiene parte de responsabilidad en la anécdota que me ocurrió el otro día en el parque.

Los padres de esta niña y los míos eran amigos, compartían fines de semana, comidas, algunas vacaciones...etc, y esa niña en cuestión, tenía la mano muy larga, pero mucho, vamos que me soltaba unos sopapos que me alampaba. Os preguntaréis, -coño y tu por qué te aguantabas-. ¡¡Pues porque era tonto!!! Y porque mis padres, la primera vez, cuando fui a defenderme, me dijeron...¡Santiago...No!!! y yo obedecí para los restos...(Bueno, para los restos no, en parvulitos me desquité con la cara de un niño...pero esa es otra historia)

Todavía, de vez en cuando, mis padres se acuerdan de aquello y se arrepienten de haberme contenido sin más, mi padre aún ve mi cara de incomprensión ante la injusticia antinatural que estaban cometiendo.

Ahora el padre soy yo, todos los sábados y domingos por la mañana voy con mi hija Candela al parque.
Como es habitual cada niño lleva uno o dos juguetes, pero ninguno quiere el suyo, todos quieren los de los demás. También es habitual que los niños se pidan las cosas a guantazo limpio y mientras la contienda esté equilibrada, yo no me meto, porque entiendo que es su idioma, si yo no supiera hablar quizás tendría que dar más ostias (sin hache) de las que doy (que toman nota los gobernantes/as de esta frase), que por cierto doy bien pocas...bueno estamos en confianza...no doy ninguna.

Pues bien, Candela tenía dos juguetitos, una noria y una pelota (me gusta más la palabra pelota que balón) que, para dar más simbolismo al asunto, era un mapa mundi (los mapas mundi me parecen inspiradores y me gusta verlos hasta en las vacas):


Bueno al tema, que me lío. El asunto es que un niño que estaba por allí quería los juguetes de Candela...hasta ahí estupendo. Yo le explico a Candela que los juguetes son mucho más divertidos si tienes con quien compartirlos y ella me mira y no dice nada, tiene 17 meses y, aunque habla varios idiomas... maulla, ladra, bala, relincha, pía, el castellano aún se le resiste un pelín, pero su cara transmitía claramente esta expresión: -¡¡Si...por los cojones!!. Yo pensé, -perdiendo se aprende, me siento en el banco del parque y observo-.

El niño, que era mayor que Candela, se acerca, le da un guantazo, le coge su noria y se pira. Mientras el padre del niño leía el periódico a mi lado y no intervenía. Yo me acerqué a Candela, le di un besín y le dije -Toma Candela aquí tienes tu pelota que es más boniiiita, mira como bota-, ella me miró y se conformó con su pelota.

El niño tardó en ir a buscar la pelota de Candela el mismo tiempo que Candela en conformarse...plas, guantazo a Candela y pelota fuera.

El tipo del periódico observaba la operación por encima de los titulares y seguía sin intervenir, yo me acerqué al niño y con una caricia en la cabeza le cambié la noria de Candela por la pelota (quería que Candela viera que yo estaba de su parte), y justo cuando me senté de nuevo en el banco, el niño le dió una patada a Candela y le volvió a quitar su pelota (su mapa mundi, su orgullo).

De repente lo ví claro, el ser humano mete la violencia donde no es capad de llegar con las palabras y es natural que los niños se expresen así, de manera que cuanto antes aprendan a razonar y expresarse...mejor. Pero mientras tanto...hay que sobrevivir, así que me acerqué a Candela y le expliqué en tono sereno y didactico:

-Mira Candelucha, tienes que compartir los juguetes con tus amigos, porque sino dejan de ser juguetes...(nunca me gustaron los solitarios, siempre relacioné el juego a la convivencia), PERO si ves que este niño viene a pegarte, tienes que soltar la pelota para liberar tus manos y antes de que reaccione tienes que enseñarle que tu también muerdes, GGrrrrr!!!!! Y los dos hicimos nuestro grito de caza (Cuando la baño, cazamos osos, jirafas, cebras, patos...se los mete en la boca, arruga la nariz y enseña los dientes, como una cría de lobo...esto es verdad)

El padre del niño que, hasta el momento, no había intervenido escuchaba mis palabras escandalizado, yo le miré, le sonreí con naturalidad y me volví a sentar en el banco a su lado observando expectante cual sería la reacción de Candela ante el siguiente ataque, que nunca llegó...
...El padre del niño lo agarró refunfuñando y se lo llevó lejos de Candela y de mí como si fuéramos dos animales peligrosos...yo arrugué la nariz como hacen los lobos amenazantes y le guiñé un ojo al niño que se fue riéndose sobre el cívico de su padre.

Quizás los profesionales de la educación infantil se rasgasen las vestiduras si leyeran esto, pero os lo digo bien clarito:

Siempre he tratado de aportar a la educación de mi hija y del resto de niños sobre los que, en mayor o menor medida, he podido ejercer alguna influencia, una mezcla entre sentido común, razonamiento e instinto y en ese momento aporté las tres cosas...y además os diré otra cosa...


...Candela y yo no mordemos...casi nunca. Grrrrr


Me gustas.

Me gusta lo que te diferencia del resto...
...y eso es lo que me quedo...
de la gente con la que me quedo.

jueves, 10 de abril de 2008

Un día cualquiera? (Carambolas de cariño)

un día cualquiera?

Hace unos años, husmeando entre viejos álbumes en casa de mis padres (afición que mis padres temen porque arramplo con lo que me gusta sin encomendarme a nadie) encontré esta foto...una chispa se me encendió y la guardé en el bolsillo trasero de mis vaqueros rotos mirando a ambos lados, como quien está robando unos caramelos (habéis robado caramelos alguna vez?? pues eso).

Llevé la foto a una imprenta e hice una copias ampliadas, tratando de mejorar la calidad de una foto que, como poco, tendría 50 años y en su reverso escribí esto:

"Me gusta mucho imaginar como pudo ser aquel día.

Esa niña pequeña que mas tarde seria mi madre.

De qué manera llegó un fotógrafo
al molino con aquella nevada,
y qué pudiste sentir cuando te hicieron la que,
probablemente fuera la primera foto de tu vida.

Nota: Cuéntamelo.

Santiago Cobo Carral
20//03//05"

Sabéis que?? Mi madre no recordaba ese día. De manera que me lo voy a inventar yo (para los que no me conozcan, debo confesar que no tengo mucha memoria, pero eso nunca fue un lastre, si estoy narrando algo y me falla la memoria, lo que no recuerdo me lo invento):


Imaginad el invierno en un pueblo de las montañas del norte, sin calefacción, en los tiempos en que aún nevaba como veis en la foto.

Mi madre vivía con su Abuela Isabel, la molinera, os contaré que esta mujer tuvo 12 hijos y además crió a otros dos niños del vecindario como suyos. 

Seguramente cuando mi madre se despertó aquella mañana, la molinera la esperaba con la lumbre encendida, una sonrisa, y un tazón de leche calentándose al fuego, mi madre abriría un ojo medio guiñado por la luz y lo volvería a cerrar metiendo la cabeza entre la almohada y el colchón de lana, pero Isabel, dándole un azote cariñoso, le diría, arriba perezosa, hoy tenemos una visita especial.

Mi madre se levantaría nerviosa, y comenzaría a preguntar...-¡¡quien, quien, quien!!- e Isabel se haría la interesante diciéndole -si te lo cuento sabrás tu tanto como yo-, y justo en ese momento sonaría la portillera de la entrada y mi madre orientando las orejas, casi como un gato, daría un salto hasta la ventana a ver quien era. Isabel la reñiría, -¡¡dónde vas niña!! ¡¡Vístete primero!!-

Imagino a mi madre preguntando quien era aquella persona, a qué venía, la imagino curiosa mirando y tocando la máquina de fotos y a su abuela riñéndole y diciendo que no moleste al fotógrafo.

Mirad su cara sonriente, ahí plantada, repeinada, firme con su palo y una sonrisa nerviosa que intentaba controlar, ved a su abuela detrás del fotógrafo mirándola con cariño y diciéndole que va a salir muy guapa, que no se mueva, que mire al pajarito...no sé. Hoy esa foto no tendría mayor trascendencia, pero en aquella época era un acontecimiento y de ese acontecimiento me llamó la atención la cara de mi madre, que quizá ese día adquirió su afición por la fotografía.

Seguramente aquel día el fotógrafo se quedase a comer en su casa, y mi madre le miraría con curiosidad sin atreverse a preguntar donde estaba su imagen, la que había entrado por aquel objetivo y que no acababa de salir...impaciente, curiosa, intrigada...

También me llamó la atención lo poco abrigada que iba, hoy sigue siendo igual de calurosa, eso no lo cambió el tiempo.

Hoy esa foto está en la chimenea del salón de mis padres junto con el texto que yo le escribí, mis primas lo encontraron, lo enarcaron y se lo regalaron, dando la última carambola de este "Día cualquiera" que empezó hace 50 años y aún no ha terminado...
Si alguna vez tuviera la remota ocasión de viajar en el tiempo, uno de mis destinos sería compartir ese día con mi madre, mi bisabuela la molinera y quienquiera que sacara aquella foto.

Pd: Si alguien reconoció ese peto, que sonría...no hace falta decir nada más.

miércoles, 9 de abril de 2008

ni café ni ostias (sin H)


Esta canción es la dosis de ritmo, energía, arte, sentimiento, adrenalina...etc, con la que me gusta levantarme. Fijaos en la armónica...ese tío se sale por ella, cuela su alma por los agujeros en forma de viento y se convierte en sonido para que yo salte y le diga al día...¡¡No te tengo miedo pringao, hoy te me como!!!

Pd: Después me tomo el café...pero porque quiero...jeje.

domingo, 6 de abril de 2008

Un minuto de silencio

A quien lea esto:



Hoy quiero compartir con vosotros el dolor de un amigo que perdió algo importante. 

Con esa pena que da separarse de algo que estuvo pegado a ti desde que naciste. 

Quiero solidarizarme con el dolor de un compañero de vida y de fatigas, alguien que comparte conmigo espacio, serenidad, calor, ronroneos y cariño.

Roque amigo, las separaciones son dolorosas, pero te seguimos quedando en la vida cosas importantes que te ayudarán a superar tu pérdida.


Nota: Hoy capé a mi gato.


sábado, 5 de abril de 2008

Descubrimientos.



No pasa muy a menudo, pero de vez en cuando me tropiezo con algo fresco, luminoso, original y creativo.
Hoy me encontré con un proyecto curioso..."Facto Delafé y las flores azules". Me llamó la atención su ritmo, su calma, su luz, su originalidad no limitada por el bajo presupuesto de sus vídeos, y me gustó especialmente el planteamiento de este vídeo, en fín uno de esos proyectos de los que me enorgullecería formar parte...de alguna manera, diminuta e enfantil, quiero hacerlo a través de esta entrada.
Si os fijáis en el vídeo, podréis ver que está realizado en dos únicas tomas. En la primera los tres miembros del grupo (+ superman) pasean, cantan y bailan, para pasar a la segunda toma, la camara se sube al cielo y al bajar, los tres miembros del grupo están acompañados por un buen puñado de amigos...

Si estuviste por aquí, si te gustó esta idea, si te apetece formar una pequeña o gran parte de ella, si tienes algo que decir, te hago un espacio a mi lado en forma de palabras. No hay límites cualquier palabra con la que quieras formar parte de esto cabe, empezaré yo la lista:
luz
verde
madera
cálido
madrugar
curioso
apachugón
paseo
hierba
lluvia
ritmo
compañía
emocionar
ternura
palabras
silencio
equilibrio
pies descalzos
caras mojadas
nudo en la garganta

despertar
compañía
risa
libertad
felicidad
sol
Chon

amanecer
chimenea
complicidad
ternura
guiños
secretos
cuadernos
lecturas
besos
caricias
isla
igloo
palabras
silencio
paseo
lluvia
sonrisa

Anim@l

Globos
vainilla
regaliz
incienso
cosquillas

Ternura

sonidos
colores
sueños
magia
ritmo
voces
vida
emoción
sentimientos
besos
cariños
achuchos

curiosidad
natural
libélula
barroco
inquietud
desarrollo
ingenuidad
papel
contrapunto
colophonía
carburo
alegre
equilibrio
trotamundos
nosotros
Onírico
realidad
empatía

mis chicos
blanco
sábana
lumbre
olas
abu
manos
calor
querer
poder
moreno
palmas
abrazo
flamenco


Bolsa de agua caliente
carburo
botonas
ratón
ratonuco (no es lo mismo)
familia

amanecer
agua
sugus
faro
(silencio)
tierra
bicho
armonía
wendy
(silencio)
trenzas
flashes (jaja joé!)
armónica
(silencio)
superratón
nocilla
sonrisa
charcos
(silencio)
libertad
otoño
horizonte
luz
atardecer

silencio..



Reliquia
Imaginario
Cajones
sueños
saquitos
purpurina
musgo
orillas
piedras
adoquines
genio e ingenio
azotea
cristales
cordón umbilical
viento de Levante
locura
brisa
vidriera
terrón de azúcar
acuático
tornasolado
lavanda
violines
trompetas
timbales
canela
chirimiri
lluvia en spray
encaje
ambrosía
copo de nieve
violeta
limonada
pasaporte a tus ojos...


exilio
verano
agua salada
abrigo
lluvia
brisa
respirar
sueños
brazos y abrazos
piel
lengua
boca
ojos que miran
torre

viernes, 4 de abril de 2008

Como Dios

 
Hay artistas que son monstruos de escenario, lo dominan, dominan su arte, dominan el medio, están compenetrados con su banda, saben mirar, hablar, cantar, emocionar. 
Por unos segundos en este video Robbie refleja en su mirada lo que debe sentirse en ese escenario ante 100.000 personas que te escuchan con admiración, a las que sabes dirigirte sin que se te seque la boca, sin tartamudear, recreándote en ese momento.
Lo que pretendo reflejar en esta entrada pasa en los primeros segundos de este vídeo. Fijaos en en la cara de Robbie.

El concierto transcurre, el público se entrega y llega este momento:




Podía haber escrito esta entrada con muchos otros artistas, pero no encontré en ninguno de mis dvd's (y tengo unos cuantos) esa mirada. 

Live at knebworth.