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miércoles, 16 de abril de 2008

caras entre la rutina (tracatrá...tracatrá)

Esta mañana me lavé la cara como un gato. Cojo un poco de agua entre las manos, resoplo cuando lo acerco a mi cara y, como el Quijote, doy me por bueno, me miro al espejo, me guiño un ojo y me seco la cara. Peinarme me lleva menos tiempo todavía (jeje).

Palpo mis bolsillos delanteros para confirmar que llevo cartera, móvil, llaves y me doy un azote en el trasero en busca de mi Ipod, lo saco y pongo esta canción:


Vivo a 10 minutos andando de la estación de tren, de manera que Radiohead me acompaña un rato hasta mi primera conversación de la mañana.

De camino a la estación me encuentro con gente, me gusta mirarles a la cara, la mayoría pasan desapercibidos, pero de vez en cuando me topo con alguien que, por un motivo u otro, me hace girarme, pararme o simplemente andar más despacio para estar más tiempo a su lado si camina en mi dirección, soy un descarado, lo reconozco, me quedo mirando las cosas sin disimular.

Saltando de cara en cara llego hasta la taquilla de la estación. El taquillero me conoce, no sabe cómo me llamo, pero me tutea y ya tenemos confianza, normalmente no hay mucha cola. El está leyendo el periódico y yo doy con mis nudillos en el cristal de su taquilla mientras me quito los cascos, me mira, sonríe y dice, -Coño chaval, a donde vamos hoy- y yo le contesto -¿Te queda algún billete con destino a Laponia?-, -No-, contesta él, mirando la pantalla de su ordenador como si eso fuera posible.
¡¡Coño, siempre llego tarde!!! Pues, en ese caso, me voy a currar...al mismo sitio de todos los días-.

El hecho de que no queden billetes para Laponia me ha bajado el punto, necesito escuchar algo más alegre:



...y me voy hasta el tren dando saltitos.

Me siento en un banco del anden siguiendo el ritmo con pies y manos, alguna persona se me queda mirando, sobre todo los niños (los mayores aprendieron a controlar su curiosidad...bueno algunos), si me doy cuenta les saco la lengua, unos se ríen y otros giran rápido la cabeza como disimulando. El tren se aproxima...ffuuuuiiiiiiiiiiiiii....y pita. 

La gente se va apilonando en el anden, yo sigo sentado en mi banco, me obligo a esperar porque prefiero que esté todo el mundo sentado en el vagón cuando yo entre, me  gusta esa perspectiva de las caras relajadas porque ya cogieron su sitio que me miran cuando entro.

Mientras ocurre todo esto "sing, sing, sing" se termina y da paso a U2 cuando subo las escaleras del tren:



Abro la puerta del vagón y me lo tomo con calma, el tren arranca y yo aún no me he sentado, observo las caras, los gestos, los semblantes, los periódicos, los libros y el panorama de hoy me sorprende. Hay varias caras que me llaman la atención y decido no sentarme de momento, apoyo mi hombre derecho en pared y cruzo las piernas...observo:

Fila 3 izq ventanilla: Una chica morena de pelo corto lee una biografía sobre Frida Kahlo, pero su mente es inquieta, de vez en cuando toma notas en un cuaderno, está en varios sitios a la vez, como organizando el mundo, me dan ganas de decirle...csh csh... descansa, hoy la tierra cogió "viada" y girará unos horas solita, por su propia inercia, tómate el día libre. 

Fila 3 derecha pasillo: Un muchacho de gafas, con bastantes ojeras duerme sonriendo...ese tiene pinta de haber sido padre hace poco. Lleva sobre su cara ese cansancio que provoca el desvelo un recién nacido, de los pocos desvelos que hacen sonreir así.

fila 5 izg ventanilla: Una chica dibuja en el vaho del cristal a unos niños haciendo malabares (me gusta mucho esta palabra) iluminados por una luz que pende de un hilo.

fila 4 iaq pasillo: Una chica con el pelo morado lee el último libre de Amelie Nothomb, está tan concentrada que hasta se ríe a veces sin darse cuenta de donde está (admiro esa capacidad de concentración...yo aún leo moviendo los labios).

fila 4 derecha pasillo; Un chaval arrubiao con gorro de lana toca esta canción con un raro instrumento que no había visto nunca:


Cuando mi mirada llega a la otra punta del vagón algo me sorprende...¿Y eso?!!:

Al final, fuera del vagón una chica rubia nos observa a todos, y con su objetivo congela este momento y me congela a mí, que me creía muy listo observando el panorama desde mi rincón como un pequeño dios que dirige a sus criaturas desde su limbo, sin darme cuenta de que yo también estaba siendo observado...

Entre tanto llega la taquillera, una chica con acento chileno que nos dice, -muchachos, hoy están invitados, cambié mi máquina de tikar los billetes por un cd de Pastora, a un tipo que vendía en el andén-

12 comentarios:

carambolista dijo...

Me he subido al tren contigo, y he disfrutado con tus pensamientos. He sonreido inevitablemente con la historia de la chica de la fila 5 izq. ventanilla.

Por cierto, hay pocos nombres de chica que me gusten, no sé por qué, pero el que me encanta, y si alguna vez soy madre nadie podrá hacerme cambiar de idea, es Candela.

Un abrazo

Ana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Hache dijo...

La chica de fuera del vagón congeló la imagen, no pudo evitarlo. Le gustan mucho los trenes. Pero lo que más le gusta es la gente que observa y que pasa por la vida intentando absorverla. Me seducen las mentes ... ya lo dijo Poncela en Martin Hache ...

Muak, me encantó hacer el trayecto juntos.

Unknown dijo...

Yo era el de las gafas que dormía feliz después de que su pequeño mamoncete le diese la noche.

Lo de mamoncete es literal.

Me encantó tu relato calido, humano y madrugador. Me encanta la gente que pasa por la vida sintiendo que vive. Un abrazo

trastorillo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eva dijo...

No le insistas a la de la fila 3, no descansa ni durmiendo, te lo digo yo que creo que sé quien es y en su vida se tomó un día libre para dejar de pensar, leer, escribir o vivir.

Genial, mi niño, genial. Me alegra de que hicieras 'los deberes' y más con este resultado.
Muak!

trastorillo dijo...

Sospecho que el chico de la fila 4 derecha pasillo toca a Debussy con la melancolia propia de quien extraña a los suyos.
Un abrazo hermano.

Anónimo dijo...

Reconoce que cuando te palpas los bolsillos siempre te falta algo.
Reconoce que cuando sales de casa hay una voz que dice "Santiiiiiii coge la chaqueta que hace frio.
Reconoce que cuando llegas a la estación si hay dos ventanillas te acercas primero a la que no es.
Reconoce que cuando te dan la vuelta del billete pierdes algún céntimo.
Reconoce que cuando ves a una chica de pelo corto y negro a lo mejor lo tiene un poco largo y un poco rubio.
Reconoce que cuando llegas a la estación de destino te apeas de pura chiripa (casi te pasas).
Reconoce que alguien con un corazón muy grande todo lo que observa lo ve bien.
Reconoce que ese eres tú.

El niño dijo...
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El niño dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El niño dijo...

Maestruca; Reconozco que me conoces demasiado bien, reconozco que me gusta, reconozco que tu me has dicho lo de la chaqueta más de una vez...

Nota: Reconozco que me dejaste en pelotas en mitad de este vagón y reconozco que me da igual, estoy cómodo aquí, y me gustan tus visitas, vuelve cuando quieras.

un abrazo...

Anónimo dijo...

Guapo ha sido un placer estar en el tren contigo y no me quiero bajar, está muy entrete, inmejorable compañía, la música espectacular (con una versión que no había escuchado de One y que me ha erizado la piel), y tienes a Tomita, uuuh que tiempo que no lo escuchaba, jeje, seguro que dejo lo que tengo por el Cd de Pastora, y te llevas un tremendo besazo y un regalo por el Desolado.

Es en serio, pasa a buscar un regalín que te dejé en mi blog, un abrazo tremendo Shago.

Bienvenidos al tren yeyeyeyeye, jeje este es un blues que me gusta mucho de Sui Generis, ¿lo habrás escuchado alguna vez?

Pd:"Libertad para el TINET", ese territorio sí que no lo conozco, pareciera un tibet en el ciberespacio. jaja por allá en tu sidebar.