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jueves, 24 de septiembre de 2009

Escaner Cerebral

El Doctor cogió el papel con solemnidad, como se hacen las cosas cuando no sabes si tendrás que anunciar algo grave a la persona que te mira desde el otro lado de la mesa.


Lo había sacado segundos antes de la impresora anexa al escaner, posándolo en su escritorio sin mirarlo. Sin decir nada, abrió un cajón y sacó de él sus gafas.

Yo estaba nervioso, expectante, lo miraba todo el rato, buscando en su mirada la información que quizás no me darían sus palabras, pero de vez en cuando alargaba la vista hasta el ventanal que había tras él tratando de liberar la tensión que se masticaba entre nuestros rostros.

Carraspeó y me miró.
-Buenos días Santiago- Dijo mi nombre para ganarse mi confianza, como pretenden hacer los empleados de banca en esa pauta de protocolo que, si no se mide bien, puede llegar a ser absurda. Pero en este caso, el captar esa intención de cercanía en el Doctor me relajó, yo me sentía en sus manos, en ese momento era la persona con más poder sobre la tierra, la información que saliera de su boca marcaría en gran medida mi futuro, así que dejé caer los hombros, torcí el cuello hasta que me triscó y le respondí, agudizando la mirada para leer su nombre en la placa identificativa que colgaba de su bata blanca.

-Buen día (Diossss... ya no me atrevo a pluralizar, vete a saber el tiempo que me queda) Jaime. Aquí me tienes

Mientras yo le saludaba, el doctor observaba la impresión del escáner como si hubiera visto a Ratzinger dando botes en medio de una Rave.

La miró a través, por encima y por debajo de sus bifocales, la pegó a la ventana para que la luz le ayudará a verlo mejor... ... Silencio, miradas de desconcierto.

-Hijo mío, en 35 años de estudio nunca había visto algo parecido. Si no hubiera hecho yo mismo este escáner, pensaría que se trata de una broma.

Al decir esto me entregó mi escáner cerebral y se encogió de hombros mirándome desconcertado:


Mi cerebro se compone de tiempo y agua, de la curiosidad con la que algunos hombres han buscado, desde los orígenes, la forma de colarse en el medio y hacerlo suyo sin invadirlo, de aprovechar las fuerzas de la naturaleza y unirse a ellas... con el agua, con la luz, con el viento... con la piel, con las emociones.

Mi cerebro es como un pequeño molino de agua y vida que, con un sencillo mecanismo, trata de moler los más complejos ingredientes.

sábado, 19 de septiembre de 2009

El mundo en sus manos.


No hizo falta el brazo más fuerte del mundo, ni un apoyo macroeconómico.

Tampoco necesitó armamento nuclear, ni alta tecnología.

No tuvo que buscar un pacto de naciones, ni regalar un Jet privado a cada presidente del G20. Tampoco manipular voluntades, ni gestionar grandes recursos.




Para tener el mundo en sus manos solo tuvo que saberse parte de él.





jueves, 10 de septiembre de 2009

Gandula.

Compañeros de viaje.


Me gusta ponerle nombre a las cosas que me ayudan a expresarme.

Mi Cámara de fotos se llama Goya, mi Guitarra eléctrica se llama Ott-San, mi ordenador se llama Mac.

Poco a poco, cada una de estas cosas se va adaptando a la forma de mis manos o mi cara, van descubriéndome sus secretos, van formando parte de mi vida y sus componentes materiales se convierten en instrumentos, en pequeñas prolongaciones de mis inquietudes que me ayudan a comunicarmen con el mundo.

La muchacha que está a la derecha de estas palabras se llama Gandula y hoy se ha unido a mi familia musical, algo me dice que pasaremos muchas horas juntos, solo espero ser capaz de darle tantas satisfacciones como las que ya sé que ella me dará a mí.


miércoles, 9 de septiembre de 2009

De filete.

Silencios. Me gusta la gente que pasea descalza entre silencios y que por el camino observa, escucha, toca, lame y piensa.


El Martes me pasé la tarde observando a esta niña.

Se llama Vega y camina por el mundo pensando más de lo que habla.

Cuando se observa con detenimiento a alguien así, llega un momento en el que uno se pregunta:




¿Le cundirá todo esto que está procesando ahora cuando tenga mi edad?

No tengo ninguna duda de que sí.

¿Querrá a alguien o es tan independiente que nunca necesitará comunicarse ni mirar a nadie a la cara?

La respuesta a esta pregunta llegó sola cuando la oí decir las dos únicas palabras que salieron de su boca en toda la tarde:

-De filete.

Respondió a su abuela cuando esta le preguntó de qué quería el bocadillo, con una claridad que me sorprendió, porque yo aún no sabía ni cómo era su voz.







Dos palabras sencillas pero...

...¿Su mirada?

La mirada que lanzó a su abuela al pronunciarlas,
me dejó claro todo lo que Vega puede querer y todo lo que es y será capaz dar.








sábado, 5 de septiembre de 2009

Reflejos de vida.





Mi barrio está en el centro del pueblo.

Un cruce de caminos que roza mi casa en varias direcciones.

Si algún día tengo que salir corriendo, seguro que en la puerta perderé unos segundos rascándome la nuca y pensando -pa' dónde tiro??.

Eso sí... Cuando hay alguna fiesta, nadie lo duda, todos los músicos deben pasar tocando por al lado de mi casa.

Y yo me asomo al balcón.














Son las fiestas de mi pueblo y los balcones de mi casa se llenan de gente.

Cuelgan banderines de colores de las casas, el cielo se nos pone de gala y músicos canallas de todo el norte toman las calles.
















Los mozos saltan al encierro y le tocan el morro a los toros, sienten su aliento bufar a sus espaldas y vuelan a ras de suelo como el correcaminos, por las mismas calles en las que luego ríen, cantan y dispersan su adrenalina.













Nunca tengo claro si, este pueblo en el que vivo, se distorsiona en las fiestas o si es el resto del año cuando modula su forma.







En cualquier caso, yo siempre lo observo con detenimiento y busco entre las líneas torcidas de lo cotidiano, esos pequeños fragmentos de intensidad en los que la gente se refleja y que en días como hoy, tiene la saturación y el contraste especialmente altos.

A veces busco la manera de colarme entre esos reflejos y de vez en cuando encuentro el camino, el clik adecuado que me permite crear y formar parte de la pincelada de luz.












Este año no se me ocurrió manera mejor de hacerlo que colándome, con mi cámara, entre los reflejos con los que un músico supo ser a la vez, sin darse cuenta, parte de la fiesta y reflejo de ella ...y pasar bajo el balcón de mi casa con su resplandeciente trombón para que yo lo pescara.















En estas fechas me gusta buscar entre la gente rostros felices, risas, baile, nervios... todo el mundo está "como en su casa" y nadie canta solo.



Son fechas de reencuentros, de gente que se abraza una vez al año y, a veces incluso, repite las conversaciones del año anterior con la ilusión intacta.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

SunFreewer


Era un tipo observador, curioso e inquieto.

El techo de su casa se le quedaba pequeño... y el de su ciudad... y el de su país... .

Su pelo rubio revuelto, como un "Principito", su mirada viva e inmensa y una tímida sonrisa de patas de gallo sin enseñar los dientes, componían su aspecto, mezcla de desamparo y coraje al que daban ganas de abrazar.

Se crió en los Campos de Castilla.

Aquellas llanuras inmensas de trigo y cielo contrastaban con el diminuto horizonte de su propia vida. Sus raices le anclaban a un ciclo giratorio cuya falta de movimiento le ahogaba.

Le conocí una mañana serena y luminosa de Septiembre.






Me le quedé mirando como hacemos los niños, con curiosidad y un cachín de descaro. Él fijó su mirada en mí, giró el cuello y arrugó los ojos para enfocarme mejor, ese gesto de "busqueda" me hizo sentirme invitado, así que cogí mi triciclo y lo aparqué a su lado.

Al principio solo nos miramos sin decir nada, con esos pequeños gestos de "reconocimiento del terreno" que tenemos los niños, nos tocamos la cara, intercambiamos caramelos, hicimos equilibrismo sobre una raya pintada en el suelo, él me enseñó a silbar chulito con las manos en los bolsillos, yo le enseñé a ponerse bizco y representamos un pequeño duelo de muecas que terminó en una carcajada improvisada que nos recordó a los dos que teníamos voz, que podíamos hablar... y nos animó a hacerlo.

Empezamos a hablar atropelladamente, uno pisaba al otro, como si nos lo quisiéramos contar todo en ese mismo instante, con la necesidad de posar nuestra vida ante los ojos de quien miraba curioso y absorbía con gran interés lo que estaba escuchando.


Ese pisarnos desencadenó una nueva carcajada, miradas cómplices y de repente...

Un silencio...

Silencio que dió paso a esas grandes preguntas que nos hacemos los niños, esas cuestiones vitales sin cuyas respuestas no se conoce realmente a una persona:

-¿Por qué llevas el pelo así?- Pregunté yo.

- Soy pequeño, eso me hizo crecer a la sombra de quienes me rodeaban, y me permitió observar desde abajo a mi gente. Mi tamaño, que en principio parecía una desventaja, me permitió darme cuenta de que mi gente se estaba cegando por el sol y que desde bien pronto ya no sabían hacer otra cosa que girar en busca de una luz que no podrían ver jamás.
Así que yo decidí proteger mi mirada.

Ninguno de mis compañeros entendió jamás mi afán por evitar los riegos, cómo trataba de absorber del agua con su cara, resistiéndome con todas mis fuerzas a echar raíces y crecer hacia la ceguera. Esto acentuó mis diferencias con el resto y no tardé en sentirme un extranjero entre mi pueblo, así que aquí me tienes.

-Oye "Sun", por aquí no pasa nadie ¿Y si nos vamos caminando?

-¡¡Coño Niño, soy un girasol!! ¿Tu sabes lo que me ha costado llegar hasta esta cuneta?.

Niño... ¿Y tú qué haces aquí, en medio de esta nada con un triciclo?

- Mmmmm... Yo venía buscándote.

Y juntos desenterramos sus raíces y comenzamos a pedalear hacia el norte.
Él sentado en la cestíta de mi triciclo como E.T., yo practicando mi recién estrenado silbido.


(El viaje hasta el norte es otra historia que está por vivirse).

lunes, 24 de agosto de 2009

Cachalote Rojo







Como un pequeño cachalote rojo, jugaba con la mar salvaje.

Se revolcaba entre aquel abismo de agua, espuma y viento con la misma seguridad con la que una cría se lanza a los brazos de su madre.

La mar la envolvía una y otra vez en un juego en el que dos naturalezas iguales se mezclaban. 


La mar revuelta lamía a su cría, y le hacía carantoñas que espantarían a los más fieros domadores de olas.







Y yo no podía dejar de mirarles... de admirarles. 

Nunca ví a dos bestias compenetrarse así ... ni a la mar abrazar de esa manera... 

Y el cachalote rojo, como un pequeño dios acuático daba volteretas inocentes sabiéndose protegido y orgulloso de su mar.


Como todos los dioses, este cachalote rojo debía comenzar a conocer sus poderes. 
Ese día aprendió a andar sobre las aguas.
Nota: Gracias Annelies por jugar con el agua como en mis mejores sueños infantiles.

jueves, 20 de agosto de 2009

Pas in the City: Nana de luz y Mr SunShine (I)

Esta pequeña historia habla de conclusiones superficiales, sobre cómo la gente encasilla su entorno con mirada de autoprotección y no dedica tiempo a los detalles, a buscar las sorpresas que pueden encontrar si observan con detenimiento y sin prejuicios:

Hace días que realizo el mismo ritual mañanero. Mi despertador suena a las 07:15h, no tengo ninguna obligación, pero me gusta madrugar, hay mucho jugo que sacarle a la vida y mientras duermo no creo recuerdos. Pongo una emisora de jazz en la radio y la llevo conmigo hasta el baño, mientras espero a que la cafetera me silbe con su aliento jamaicano, me desperezo con poquito agua, como los gatos, y me afeito.

La pequeña ventana de mi cuarto de baño da a un patio interior rodeado por los 4 edificios del vecindario.

Esta semana ya me hirvió el café tres veces por quedarme observándola desde esta pequeña lucera, con los codos apoyados en el marco, sujetando mi cabeza.



La miro desde lo alto, como lo haría el sol. Cuando llega, aún no ha amanecido, pero camina bajo las farolas que cuelgan de los soportales, y estas se empujan y discuten entre sí por darle su luz. Algunas noches despejadas se sienta en el banco que hay bajo la farola del centro del patio y durante unos minutos pasea su mirada por la luna.





Aún en la oscuridad, esa mirada es como una "nana de luz" y yo la contemplo desde mi rincón furtivo con la pasta de afeitar sobre la cara, imaginando que escuchamos la misma música, ella siempre lleva su Ipod conectado. Hoy suena "Dixie kidnaps Vera".
Con una sonrisa bobalicona, las mangas del pijama impregnadas de after save y la cabeza reposada sobre mis manos, mi mirada vaga entre su cara y la luna hasta que un fuerte olor a café quemado me vuelve a la realidad. Salgo corriendo hacia la cocina, apago el gas y cuando vuelvo a mi lucera furtiva la chica ya no está.

Escaneo con mi mirada el vecindario y cuando ya la daba por perdida, veo que entra en casa de Mr SunShine.

Mr Sunshine es un tipo tranquilo, grande como un armario ropero y reservado. Calla más de lo que habla y antes de responder a una pregunta siempre observa unos segundos a su interlocutor... ...

(Continuará)

domingo, 16 de agosto de 2009

Capitán

El viejo Capitán recorría el mismo camino cada mañana, con sus zapatillas de cuadros roídas y su pijama de franela, el rostro acelerado y su pipa humeando angustias.


El paseo acababa en una torpe carrerilla furtiva con la que cruzaba un jardín abandonado.

- A ver cómo giramos hoy, a ver cómo giramos hoy, a ver cómo giramos hoy... .

No dejaba de repetir esa frase hasta que entraba en una cabina de barco oxidada y se agarraba a su timón.

Jugaba con sus dedos entre los cuadros de mando y agudizaba la mirada hacia el horizonte como si desde su timón pilotara la travesía de la tierra alrededor del sol.

Esa responsabilidad le tenía absorvido y ojeroso, se olvidó de sí mismo y sentía sobre sus espaldas el peso de cada catástrofe ocurrida en cualquier parte del planeta.

Vivía en el psiquiátrico de Pontevedra, pero no era un interno conflictivo y su rutina estaba controlada, así que le dejaban salir durante el día. Las autoridades de la ciudad estaban advertidas.



El Capitán formaba parte de la fauna de la ciudad, un personaje querido por sus habitantes y curioseado por los turistas, aunque él vivía totalmente ajeno a ese vayvén de miradas.

Hoy le he pedido permiso para sentarme a su lado, él me ha mirado un segundo y me ha dicho exactamente dónde me podía sentar, como si el jardín estuviera minado. Con mucho cuidado y respeto me he posado donde él me ha dicho, y le he observado en silencio.

Por un rato el Capitán se ha olvidado de mí hasta que un gato se ha colado en el jardín llamando su atención. Yo he acariciado al gato bssbssbbss y al oírme ha recordado que yo estaba ahí, mi gesto hacia el gato me ha hecho merecedor de sus primeras palabras:

-Hasta el núcleo. Este timón baja hasta el mismo núcleo de la tierra. No voy a perder mucho tiempo en intentar convencerte, pero desde aquí dirijo el rumbo de la tierra, su destino.

-Claro, eso me explica sus ojeras. Tanta responsabilidad para un solo hombre... .

-Él me vuelve a mirar para calibrar si le estoy vacilando o si hablo en serio y al ver que le mantengo la mirada, se relaja.

Pasé el día con el Capitán, un día de silencios y densas palabras, un día de miradas.
Comimos juntos sin soltar el timón, observamos a la gente que pasaba frente al jardín y aprendí a leer la ciudad entera desde un pequeño tramo de acera, él tenía un ojo a mi lado y el otro en los espejos retrovisores del planeta... al final del día, sin saber nuestros nombres, le acompañé hasta el psiquiátrico.

A la entrada una enfermera le recibió con cariño, nos dimos la mano y se despidió de mí con la mirada, aspirando nervioso su pipa y dejándome el olor dulzón de su humo de angustias en el recuerdo.

La enfermera se acercó a mí:

-¿Es usted pariente del Capitán?

-No, soy uno de sus protegidos. ¿Qué sabe usted de él?

- Pues mire, casi nadie sabe mucho del capitán. Yo soy nueva aquí, él lleva toda la vida, pero el otro día estuve mirando su expediente y algo curioso, son muy pocas las ocasiones en su vida en las que este viejo no ha realizado su recorrido rutinario hasta la cabina del barco.

Apunté algunas fechas de las pocas veces que ha faltado a su cita:







En el verano del 14 se enamoró y faltó una semana.

















En el otoño del 29 tuvo problemas económicos y se ausentó unos días para vender unas tierras de la familia.




















A finales del verano del 39 tuvo fiebres altísimas y estuvo delirando en la cama 4 días. De aquella convalecencia salió especialmente afectado y no volvió a separarse de su pipa y de sus ojeras.

viernes, 14 de agosto de 2009

Mi amigo Juan.

Este es mi amigo Juan.
Juan es un tipo callado y observador, al que casi no le caben los ojos en la cara de cómo lo mira todo.

Va a su bola y le gusta andar descalzo. Se mea los pies y le da igual, su padre sospecha que eso tiene alguna influencia en las distintas tonalidades de verde del jardín y su césped Dálmata.

A veces parece que, cuando mira así, está cogiendo carrerilla. Yo observo como poco a poco le va cambiando la cara hasta que casi se le ponen hoyuelos en los mofletes, se acerca a mí y con un hilillo de voz de pito suelta la carretada de reflexiones infantiles que tenía guardadas.

Un amigo me explicó una vez que a la mar hay que ir cuando quiera la mar, no cuando quieras tu... pues Juan es como la mar, cuando el quiere se te acerca se sienta sobre ti y te cuenta.

Entre marea y marea yo le observo y a veces le robo un poco de luz... Ahí tenéis un cacho.

jueves, 13 de agosto de 2009

Buen despertar.






- ¿Te hace un Café?.

- ¿De qué?.

- De vida.

- Claro.

- ¿Cuanta vida te pongo?.

- Toda.

Viaje a ... ...

Esa mañana se despertaron inquietos. Se sentían poderosos y se estiraron en la cama hasta rayar el sol con la punta de los dedos de sus pies. Se miraron, arrugaron la nariz y se hicieron pequeños... muy pequeños. Amaban el mundo y menguaron para que se hiciera gigante ante ellos... Era suyo, pero no lo querían terminar jamás.

Tomaron un dedal de ColaCao frío que les dejó un bigotillo de espuma dulce sobre la sonrisa, dando saltitos fueron hasta la habitación de los juegos, la que estaba llena de dibujos de "El Principito" e hicieron una maleta, cogieron su barca y lo echaron todo sobre un destartalado coche rojo.

No habían dicho nada en toda la mañana... se miraban, sonreían y daban saltitos porque los dos veían lo mismo. No les hacía falta hablar.

-Oh Oh!!Las ruedas del coche no giran. Estas fueron las primeras palabras de la mañana, pronunciadas por el niño.

- No pasa nada, respondió la niña con seguridad. Sube anda. Yo conduzco. Dió un golpe con la mano al salpicadero del coche y comenzó a sonar "Friday i'm in love".
-Este coche no posa las ruedas en el suelo, tonto, no hace falta que giren. Aceleró y comenzaron a recorrer el mundo.



Dormían al aire libre, siempre llegaban de noche a los sitios y descubrían dónde habían aparcado al despertarse, a menudo cuando algún grillo dejaba de cantar.

Les encantaba la sorpresa de abrir los ojos y no saber qué se iban a encontrar. Prados, rios, playas, campos de girasoles, un huerto con 13 almendros, la plaza de un pueblo en mitad de un mercadillo, los restos de un festival de música... ...





No necesitaban permisos de ningún tipo, aparcaban su menguada materia en cualquier lugar y desde su pequeña dimensión palpaban el mundo con la mayor intensidad que jamás habían imaginado.

Campaban a sus anchas y se colaban entre las líneas torcidas del pentagrama de la vida, como dos virtuosos del caos armónico que hubieran decidido andar su camino con los dedos de Monk, el aire de Bird, los labios de Armstrong o la mirada de Billie.

Recorrían cada comarca en su barca, de afluente en afluente, acariciando con su piel los rincones más fértiles, preñados de luz y vida, de arte y tiempo.





El mundo era suyo, pero habían sido capaces de menguar para poder vivirlo palmo a palmo.

... La luz de aquel verano les acompañó el resto de sus días con la certeza absoluta de que no había nada más claro y nítido que lo que les venía por delante... nada mejor enfocado.



domingo, 9 de agosto de 2009

Por Turnos



Papá, cuando la araña termine me columpio yo ¿Vale?

jueves, 6 de agosto de 2009

EMMA y la Galerna.






EMMA siempre se preguntaba el por qué de cada cosa. Era una barca curiosa y no se conformaba con las explicaciones teóricas que recibía, ella lo tenía que vivir en primera persona.

Había sido diseñada y concebida para flotar y eso la llevaba por el mundo arrastrando su panza con una sombra que lastraba su luz.

Si, es cierto, había recorrido todos los puertos del Norte, y eso para una barca de su tamaño era una autentica osadía, pero no le valía.

Emma sentía que el mar era mucho más grande por dentro que por fuera y que para conocer el mar realmente tendría que ser capad de sumergirse en él. Por más que se esforzaba, era incapad, hacerlo iba en contra de todas las teorías con las que había sido diseñada... la física iba en su contra y ella maldecía a Arquímedes y todos sus principios por "atarla" a la superficie del medio más profundo de la tierra.

El resto de barcas no entendía su angustia y ella les explicaba: -¿Acaso podéis sentir las propiedades de un barniz tocando solo el bote que lo porta?-.
Ella sabía que el mar era mucho más que lo que le habían enseñado, un mero medio para navegar y llegar de un puerto a otro. Ella sabía que era mucho más de lo que se veía desde la superficie... y no se conformaba. No se dejaba convencer por la inercia cultural y lógica que le decía que su lugar estaba flotando, que había sido creada y pensada para flotar. Emma siempre contesta lo mismo, con sorna y un poso de tristeza. -Si hubieran empezado a crearme por el cerebro habrían hecho de mí submarino-.


Aquel fue un verano de fuertes tormentas. Las barcas vivían atemorizadas, pero EMMA veía en cada golpe de mar un potencial que le hacía brillar de emoción.

Una tarde oyó hablar a los marineros de Galerna y se le pusieron serias las tablas. No era miedo, era esa concentración intensa que se pone cuando ves acercarse a la oportunidad de tu vida y quieres estar seguro de hacerla tuya.

Cuando los hombres amarraban sus barcos en el puerto para evitar perderlos por el temporal, ella se escabullía y trataba de pasar desapercibida. Los hombres corrían con sus chubasqueros amarillos de un lado a otro del puerto con prisas y calados hasta los huesos, no fue difícil evitar que la amarrasen.

El resto de barcas la miraban y no entendían el brillo de felicidad que salía entre cada una de las tablas de las que se componía Emma.

La Galerna no tardó en llegar. Todas las casas del puerto estaban cerradas a cal y canto, hasta la tasca, que no había cerrado jamás. En el puerto no había ni un alma y todas las barcas cerraban los ojos con miedo. Sentían cómo el viento, con sus embestidas racheadas, las golpeaba contra el puerto y entre sí, poco a poco veían que sus panzas se llenaban de lluvia y de vez en cuando abrían un ojo para ver qué había sido de Emma, pero en medio de aquel caos de furia climática no tardaron en despistarla.

La mañana siguiente amaneció con una calma luminosa y fresca, como un regalo de compensación que el cielo ofrecía a la vida del puerto. Los hombres salían silbando de sus casas. Paco el de la tasca, observaba por encima de sus gafas bifocales y con la boca abierta al coro de silbidos acompañado por la percusión de las labores de reparación de los barcos, martillo, sierra, lija y el sonido mecedor de las amarras.

Paco no era un tipo especialmente sensible pero en su recorrido visual por los desastres que la galerna había provocado, no pudo evitar fijarse en una barca que destacaba sobre todas las demás, la única que brillaba.

Estaba irreconocible, cubierta de restos del fondo marino. El agua había creado vida verde entre sus tablas como si hubieran pasado años, su pintura había desaparecido casi por completo y se cubría de algas, algunas tablas estaban desvencijadas y rotas e incluso tenía unos peces nadando en su panza tranquilamente, como si ese fuera su medio natural.

Emma había conseguido mucho más de lo que podía imaginar. En todos los puertos del norte hoy se cuenta su leyenda, porque aquella noche da galerna, no solo había sido capaz de sumergirse en el mar ... ... se había fundido con él.

Pd: Gracias a quien supo llenar de luz a la imagen de EMMA.

sábado, 11 de julio de 2009

Coño!!! El palpel!!!

Antes de leer nada, ved este vídeo de la película "Amanece que no es poco":




Cada vez que entro en mi baño recién empapelado... después de salir del ataque epiléptico que me da (como a los niños chinos que veían esos dibujos animados cuyo título nunca supe), caido en el suelo, con la pierna izquierda convulsionando y un reguero de babas recorriendo algunas juntas de las baldosas, lo primero que sale de mi boca cuando me vuelve la voz es: 


Coño!! El papel!!


Supongo que yo tampoco me acostumbraré ... el médico me ha recomendado mear en casa de la vecina.

martes, 7 de julio de 2009

Pliegues de luz



A veces paso demasiado tiempo bajo el agua escuchando y observando a mis pensamientos en su bucear sereno y grave.




Y como nos pasó siempre a los niños, se me acaban arrugando los dedos del alma... hasta que rozo con mi piel sus pliegues de luz...






MusicPlaylist
MySpace Music Playlist at MixPod.com

viernes, 3 de julio de 2009

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La vida es como un cuento que hay que saber escribir... con puntos suspensivos... ...dejar que sus personajes vayan por libre... ...escribir nuestra parte, la de nuestro personaje... ... escribir muy bien ese cacho del cuento y dejar/atraer/provocar/ que se cuelen en el relato otros personajes...



...Personajes que escribirán su propia parte del relato... saber disfrutarlo... ... reconocer en sus puntos suspensivos los nuestros, como un puñado de canicas que se mezclan en el bolsillo gigante del peto de algún niño. Canicas de colores que poco a poco se van ubicando en ese pequeño cuento-mundo creando distintas "franjas-tonalidades" de vida.

Quiero llenar los puntos suspensivos que tiene el horizonte  y sentir, como un "pequeño dios del caos armónico", que el mundo es mío. Aprender el poder de soplarlos, hacerlos volar, respirarlos o pincharlos como burbujas de jabón con olor a colonia de niño que mojan mi cara de gotitas de vida y distorsionan la realidad del mundo, rompiendo todos los patrones cuanto nuestra mirada atraviesa sus bóvedas acuosas de manos de la luz.

sábado, 20 de junio de 2009

Aroma-Mantita

Saboreo el primer café de esta mañana de sábado.

Se me cuela en la boca y en la nariz como una "mantita" de sentidos.

Su aroma de vida mañanera recorre la casa en nombre de mis recuerdos y arropa mis deseos. Silva a mi mirada y se la lleva a su lado, iluminada por toda la luz que entra desde la ventana de la cocina

Me compré una taza solo para esos momentos y hoy pensé que siempre viviré en casas en las que haya algo que tomar en esa taza.

... Suena un rock-blues sencillo de esos que se te cuelan en la mirada del alma como una foto granulada de recuerdos y que nos acompaña el resto del día ... o de la vida "Hasta el final"





viernes, 19 de junio de 2009

Hotel Camino

jueves, 21 de mayo de 2009

Bestia parda.



Bailar entre la gente, la luz, el aire, 

palpando, oliento, escuchando, mirando, 
lamiéndole el alma a la vida...

... haciendo de los cinco sentidos uno solo... 

... el sentido de vivir.


(No es mío el mundo porque lo tenga, sino porque lo quiero)