No necesitamos hablar mucho. Nuestras miradas se contaron todo lo que necesitábamos saber.
Alice me mostró sus rincones más intensos, sus cicatrices, sus oquedades de vida.
Y en un cacho de vida ajeno al tiempo, un manto de noche, azul oscuro casi negro, arropó nuestros secretos, aisló nuestros olores, protegió nuestros coloretes, liberó nuestra piel... ...
....
....
....
....
....
domingo, 24 de octubre de 2010
Alice (III)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Y en ese cachito dorado está vuestro vínculo ... vuestra transfusión de vida!
Azulnoche mágico ... tiene que ser chulo ese vuelo nocturno ... me estremece tu historia con Alice! Emborracharos de calma!
qué suerte ;)
guauuu qenial. He tenido que leer el anterior para verlo en realidad. Cuanto más te leo más me convenzco de aquello que hablamos.
Publicar un comentario