Hay ratos en los que necesito subirme a una azotea y aullar como un lobezno, calándome de agua bajo la lluvia.
Todo lo que hago cuando me siento así... funde el cielo de plomo y luz y hasta las fuentes de los parques se vuelven salvajes.
En esos momentos la tierra gira en sentido contrario, las agujas de los relojes se dan a la bebida y yo enfrío mis ideas en el mismo nucleo de la tierra.
Grrrrrrrrrrrrr...!!!
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martes, 12 de octubre de 2010
Aullar.
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