Tomo prestado el tarro en el que maduraron los sueños del verano,
le añado dos cucharadas de viento sur, un puñado de lluvia de finales de septiembre,
5 páginas de libros recien forrados y dos cucharaditas de tardes de concentración y estudio.
Lo cuezo al baño María con el agua de todos los charcos que pisamos en Febrero y lo dejo macerar en la despensa hasta que llames a mi puerta con las katiuscas puestas y la cara mojada por la lluvia.
Puse café. Pasa.
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domingo, 18 de septiembre de 2011
Mermelada de Otoño
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1 comentario:
Tú siempre dulce...pero sin empalagar...
Besos mermelados...
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