A veces, incluso el sol necesita descansar.
Nos observamos y, cuando lo noto débil de sombras, giro 360 grados sobre mí mismo, busco en el horizonte la montaña más alta y subo con la furgo hasta su cima cuando aún es de noche.
A veces, hasta el sol necesita sentirse protegido. Esos días madrugo mucho y le sorprendo... esos días le amanezco yo a él.
De vez en cuando, hasta el sol necesita sentir que alguien le arropa bajo una mantita de horizonte.
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miércoles, 15 de septiembre de 2010
Sun Time
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